Sonora.- En la casa de Aurora Villanueva Alvarado, el 50% del salario que percibe semanalmente su esposo, se va en surtir la despensa y el resto se distribuye en otros gastos generados en el hogar.
La ama de casa platicó que no siempre cuentan con dinero para acudir al supermercado cada semana, pues su esposo de oficio jornalero en los campos agrícolas del valle sanluisino, se queda desempleado durante el verano y es ahí, cuando la situación se complica para esta familia. Aunque ella, ocasionalmente, vende artículos de segunda mano para contribuir a la economía familiar.
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Cuando el marido de Aurora tiene trabajo gana alrededor de 1 mil 500 pesos semanalmente, de los cuales destinan aproximadamente 700 en la compra de productos de la canasta básica al considerar que la comida nunca debe faltar.
En el tiempo que permanece desempleado su esposo, Aurora debe ajustar los gastos del hogar y comprar el mandado en base al dinero que tiene disponible que en ocasiones son 200 pesos para toda la semana, por lo que sólo adquiere lo básico como huevos, papas, frijol y un poco de carne, pollo y salchichas y con eso se las ingenia para que su familia coma sabroso.
Aurora, su esposo y sus 3 hijas de 17, 15 y 13 años de edad acostumbran desayunar papas con chorizo, huevo con papas o atún, acompañado de tortillas de harina recién hechas y se sirven para beber café o leche con chocolate en polvo.
A la hora de la comida optan por sentarse todos juntos a la mesa a las 14:00 horas, cuando las niñas llegan de la escuela y el señor de su trabajo, pues consideran que es un momento para reunirse y compartir los alimentos.
Por lo general, en la comida disfrutan caldo de papas con queso, carne molida con repollo, pollo en mole, carne de puerco con chile colorado o pollo frito y si tienen dinero compran un refresco de 3 litros o, de lo contrario, toman agua natural o de alguna fruta que haya en el refrigerador. Aunque en los días de crisis económica el menú varía, reduciendo la carne roja.
Para la cena, la madre de familia cocina sopes, empanadas de maseca rellenas de algún guiso, tacos dorados con frijol o burritos de tortillas de harina, con refresco de cola o bebida en polvo.
Agradecen a Dios por los alimentos
Todos los días, Aurora madruga a hacer tortillas con un kilo de harina para acompañar las comidas, pues confiesa que a su esposo e hijas no les gustan de maíz.
Contó que el sentarse a la mesa en familia es un momento muy especial para ellos porque comparten la comida y platican sobre situaciones cotidianas, no sin antes dar gracias a Dios por los alimentos.
“A veces comemos adentro de la casa, en el comedor, y otras veces nos sentamos afuera debajo de un árbol, sobre todo ahorita que ya no hace tanto calor”, destacó.
En ocasiones, es su esposo quien cocina apoyado por sus hijas para que Aurora descanse un poco de los quehaceres del hogar.
“Hoy él y una de mis hijas prepararon caldo de papas con queso para la comida. A mi esposo le quedan muy ricos, también, el pescado frito y el pollo asado”, dijo.
Uno de los platillos que más disfruta preparar son las tortitas de camarón con nopales, una receta que aprendió de su mamá. “Tengo sembrados nopales aquí en mi casa, los corto y los cocino para disfrutarlos con mi familia. Es una bendición estar unidos en la mesa”, puntualizó.