Durante más de dos horas, un centenar de habitantes de la comunidad de Coyotes bloquearon horas la carretera estatal que permite el acceso a la planta de almacenamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), en esta ciudad.
Los manifestantes exigieron se construya un paso a desnivel en el cruce de las vías del ferrocarril, donde la mañana del pasado lunes un tren carguero chocó con una pipa cuyo conductor quiso ganarle el paso, hecho que dejó como saldo la muerte de dos maquinistas al menos cuatro heridos.
Según los habitantes de la zona, cuya área habitacional inicia apenas a tres metros de las paralelas, son ya varios los percances donde se han visto involucrados el ferrocarril y pipas cargadas de combustible.
En voz de las señoras Luz María Contreras y Susana Sigala, los inconformes se dijeron hartos de vivir las 24 horas del día con el temor que una explosión termine con su vida, especialmente durante la noche, cuando se dedican a descansar.
“El lunes que se incendió la pipa y que fallecieron los maquinistas, aquí vivimos un caos. Hay una escuela cerca, los niños se pusieron a llorar de miedo; gente adulta y discapacitada vivieron un terror ante la imposibilidad de poder ponerse a salvo. ¡Ya basta! Queremos que se construya un paso a desnivel, que no esperen a que medio Coyotes desaparezca en medio del fuego de una explosión”, dejaron de manifiesto.
Además del cierre de la carretera, impidieron con sus cuerpos el paso de pipas de Petróleos Mexicanos y no permitieron que una de ellas tomara otra ruta, en demanda que se presentara en el sitio un representante de la paraestatal.
Al lugar llegó el director de gobernación de la Secretaría General de Gobierno, Francisco García, quien de entrada advirtió a los presentes que cometían un delito y podría haber consecuencias legales, situación que enardeció a los manifestantes.
Fue hasta que arribó al lugar el comandante de la XIV Zona Militar, José Ávalos Pardo, quien, tras unos minutos de diálogo y ponerlos en contacto con personal de Pemex para que le externaran sus inquietudes, logró que se reabriera la circulación vehicular.
De igual manera, se hizo el compromiso de colocar dos patrullas junto al cruce ferroviario durante las 24 horas para vigilar que piperos no excedan límites de velocidad; evitar que pipas de doble remolque crucen por el sitio y entablar pláticas para la posible construcción de un puente elevado sobre las vías del tren.