Através de sus órganos de inteligencia, el gobierno federal ha detectado que en Veracruz operan al menos dos cárteles de la droga y cuatro células dedicadas a la extorsión y el tráfico de drogas. Este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador estará en Minatitlán, ciudad aquejada por el crimen organizado.
Se trata del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas; mientras que las células son: Sangre Nueva Grupo Zeta, Grupo Sombra, Cártel del Noreste y Cártel del Siglo.
En 140 días del gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz han ocurrido más de 700 homicidios dolosos, de acuerdo con cifras oficiales de la Fiscalía General del Estado, es decir un promedio de casi cinco asesinatos por día.
Reportes de las autoridades señalan que en la actualidad el CJNG controla cerca de 212 municipios en el territorio veracruzano (aproximadamente 70 por ciento), mientras que Los Zetas controlan algunas regiones del sur de la entidad y de la zona montañosa.
El enfrentamiento entre ambos cárteles tuvo su punto más álgido el pasado viernes con la matanza de 14 personas en Minatitlán presuntamente a manos del CJNG, lo cual desató una batalla de declaraciones en redes sociales y narcomantas, en la que ambos bandos se echan la culpa de la matanza.
La rivalidad entre ambos cárteles comenzó en 2010, tras la muerte de Ignacio Nacho Coronel, que dio pie a la formación del CJNG con Nemesio Oseguera el Mencho, al frente quien, conformó un grupo de gatilleros que se hicieron llamar Los Matazetas con el objetivo de combatir a Los Zetas en Veracruz, territorio que habían dominado por largo tiempo.
En septiembre de 2011, el CJNG envió el primer mensaje a sus rivales al abandonar 35 cuerpos en Boca del Río; los cadáveres correspondían a presuntos halcones de Los Zetas, y la violencia se recrudeció al grado que cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), registran que la tasa de 11.42 asesinatos por cada 100 mil habitantes, subió a 18.15 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes para 2018; aumentó 58.9 por ciento.
Los primeros días de enero de 2018, una docena de cabezas humanas fueron abandonadas en cofres de cuatro vehículos, con la advertencia de una “limpia delincuencial” en el sur del estado.
En enero de este año, con apenas mes y medio en el cargo, el gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, utilizó los foros de la Guardia Nacional para sincerarse sobre la situación que vive Veracruz. “La realidad es que somos zona de trasiego de droga y no tenemos capacidad operativa para combatir el narcotráfico”.
El viernes 19 de abril, en una palapa de Minatitlán, seis hombres armados abrieron fuego contra los asistentes a una fiesta. “A los que estaban agachados les decían que voltearan a ver, y a los muertos les volvían a disparar, te decían que los miraras, lo hacías y te gritaban que voltearas”, señalan testigos del crimen.
Jorge Winckler, titular de la Fiscalía General del Estado, dijo que posiblemente se trató de una venganza entre dos grupos delictivos que pelean por el control de la venta de drogas (células de Los Zetas y el CJNG).
Las investigaciones señalan que Julio César González Reyna, la Beky, era el dueño de un antro gay en la zona centro de Minatitlán de nombre La esquina del Chacal; donde Los Zetas vendían droga.
El grupo criminal se enteró que Julio Cesar —quien era transexual— los iba a traicionar al pasarse al bando del Cártel Jalisco, razón por la que fue ejecutado.
Tras estos sucesos, a través de redes sociales, el Cártel de Sinaloa retó al CJNG por la matanza en Minatitlán y pidió a la población ayudarlos a dar con los responsables de la muerte de 14 personas.
En respuesta, el Cártel Jalisco Nueva Generación dijo que ellos no matan gente inocente y señalaron al Cursi, El Pinto, El Mamito, El Kenahy y La Flak como los responsables de la matanza.
Presuntos integrantes del Cártel Sinaloa hicieron un llamado “previo” a la población de Minatitlán a que vayan identificando a los familiares de los integrantes del Cártel de Jalisco, para matarles también a familiares, aplicando la ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”.
Los supuestos integrantes del cártel señalan que posteriormente colgarán mantas en el municipio y sus alrededores para anunciar su incursión y terminar con la ola de asesinatos como el ocurrido en Minatitlán.